Cuando creas una marca de moda, tienes que plantearte a parte del estilo y del público, temas relacionados con el dónde, cómo, cuanto y con que materias vas a producirlo.
Tenia claro el estilo: rebelde, rompedor, un tanto rockero. También tenia claro mi público: fashionistas inconformistas que querían una marca que tuviese una parte social sin renunciar al estilo.
¿Pero, que había detrás de todo eso? No quería sólo diseñar piezas bonitas, sino que la belleza de éstas radicase también en aquello que hay detrás: quien, cómo y dónde se producían. De forma casi natural me puse a escribir sus 4 principios fundamentales:
1.COMERCIO JUSTO
Viajando por el sudeste asiático, descubrí comunidades con técnicas centenarias pero que producían piezas sin ninguna salida comercial. La mejor forma de ayudar al desarrollo de esas comunidades fue ponerlos en contacto con organizaciones que les otorgará certificados de Comercio Justo. Este certificado garantiza que los derechos laborales están plenamente protegidos, así como su trabajo adecuadamente compensado.
2.ECOLOGIA
La materia con la que iba a producir fue un tema clave. Quería proteger el medio ambiente mediante el uso de tejidos ecológicos. Busqué tejidos que tuviesen un certificado ecológico como el Gots Certificate en el algodón orgánico, el Tencel eucalipto, o la viscosa de bambú, que no sólo fuesen beneficiosas para el medioambiente sino también para la piel. Además comprobé que todo el proceso de fabricación tuviese respeto con el medioambiente.
3. ARTESANÍA
Quería crear una conexión personal y emocional con quienes hacen a mano las piezas. Utilicé técnicas tradicionales y fabricación artesanal con diseños creados por mi en Barcelona. Esto asegura el futuro de las comunidades y les permite dar a conocer su propia cultura mediante su artesanía.
4. EDICIÓN LIMITADA
Para garantizar la exclusividad de mi trabajo, produje pequeñas cantidades utilizando artesanos de todo el mundo. En la parte gráfica colaboré con un artista muy especial que comparte la misma visión, el renombrado artista Victor Castillo. De esta forma, la venta de cada camiseta apoya también la difusión artística adquiriendo un valor añadido como pieza de arte.
Una vez establecidos estos principios fundamentales me puse a buscar proveedores que cumpliesen estos requisitos y después de tiempo y esfuerzo salió a luz mi marca RebelRoot.